Cáncer de pulmón: ¿cómo lo detectamos y cómo lo podemos tratar a tiempo?
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El cáncer de pulmón es uno de los más mortales del mundo. En concreto, está presente en el 18% de los casos y provoca más de un millón de muertes al año. Uno de los motivos es que, tal como se dice de forma común, no se pilla a tiempo porque se hace un diagnóstico tardío. Es más, alrededor del 80% de los casos se diagnostica cuando el cáncer ya ha viajado demasiado por el organismo.
Ante ello, sin duda, el tiempo es clave en ciertas enfermedades y, desde luego, mucho más cuando hablamos de cáncer de pulmón. Por ello, los médicos insisten: es importante acudir a los especialistas con el fin de detectar los tumores o tumor cuando aún tenemos la oportunidad de que sean tratados con altos porcentajes de éxito.
¿Cómo? Lo podemos conseguir mediante los llamados screenings o cribados de cáncer de pulmón. En este sentido, y con el fin de explicarlo de manera sencilla, el Dr. José María Echave-Sustaeta María-Tomé, jefe del servicio de Neumología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, comenta que «el cáncer puede ser detectado en estadíos más precoces con el uso de la tomografía computerizada de baja radiación. Esta prueba permite identificar el tumor en una fase anterior, cuando forma pequeños nódulos en el pulmón, y antes de que se extienda a otras zonas del organismo. Esta tecnología ha aumentado la tasa de curaciones».
Se ha demostrado, de hecho, y según confirma el especialista, que cuando el cáncer de pulmón se detecta en fases precoces (I o II), «se puede curar mediante cirugía en un 50% de los casos». Existen también algunos estudios que han puesto de manifiesto que el cribado anual utilizando la tomografía computerizada de baja radiación «consigue reducir la mortalidad en al menos un 20%».
¿Para quién es el cribado? Para fumadores de entre los 55 y los 74 años
Está recomendado en personas con alto riesgo de padecer cáncer de pulmón. Es decir, aquellas que se encuentren en la franja de edad entre los 55 y 74 años, con una historia de tabaquismo de al menos 30 años fumando una cajetilla diaria de cigarrillos, o de 15 años si se consumen dos paquetes al día. También entran en este grupo las personas exfumadoras que lo hayan dejado hace menos de 15 años.
Las tomografías de estas características cuentan además con la ventaja de no suponer exposiciones elevadas a radiaciones. Es más, comenta el especialista, la dosis de radiación a la que se somete el paciente equivale a una cuarta parte de la que una persona sana recibe de fuentes naturales a lo largo de un año.
Diagnóstico temprano y dejar de fumar
En cualquier caso, también hace hincapié en que la medida más eficaz para reducir la incidencia del cáncer de pulmón sigue siendo el abandono del tabaquismo. «Cualquier actuación de diagnóstico precoz debe ir de la mano de un programa de abandono del hábito tabáquico», concluye.
El Dr. José María Echave-Sustaeta María-Tomé, jefe del servicio de Neumología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, señala que pese a las constantes advertencias, parece importante insistir en que fumar es una adicción muy perjudicial para la salud que afecta no sólo al pulmón, aumentando la probabilidad de que aparezca un tumor, sino también al resto del organismo. «El tabaco incrementa entre dos y cuatro veces el riesgo de padecer enfermedad coronaria, cerebrovascular o enfermedad vascular periférica», comenta.
Además, el consumo del tabaco también está relacionado con la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, también conocida por sus siglas EPOC, también aumenta la probabilidad de sufrir asma, eleva la incidencia de bronquitis de tipo crónico, infecciones respiratorias, neumotórax o apnea del sueño.
A pesar de todo lo anteriormente expuesto, explica el especialista, la tendencia es preocupante, ya que muchos pacientes «no dejan de fumar ni después de diagnosticarles un cáncer relacionado con el consumo de tabaco. En estos casos, es necesario advertir que continuar con el tabaquismo puede provocar el desarrollo de un nuevo tumor».
El neumólogo relata, además, que «una persona que lleve una década sin encender un cigarrillo reduce a la mitad su riesgo de padecer cáncer y su riesgo de infarto es el mismo que el de un no fumador».
Novedad en tratamientos y cirugías
Además del diagnóstico a tiempo, una vez que se ha detectado el cáncer los servicios de oncología pondrán sobre la mesa las alternativas que tienen los pacientes para tratar el tumor. En este sentido, cabe destacar que los avances más vanguardistas han permitido incorporar varias nuevas técnicas de tratamiento para el cáncer de pulmón.
Sobre ello, el Dr. Javier Hornedo Muguiro, jefe del servicio de Oncología médica del mismo centro hospitalario, indica que «en los últimos años hemos asistido a la aparición de una multitud de tratamientos nuevos y, gracias a ello, hoy en día se administra menos quimioterapia que antes».
Entre ellos, destacan por ejemplo los que se enumeran a continuación:
1.- Tratamientos orales alternativos dirigidos a las alteraciones genéticas de las células tumorales, que son medicaciones orales que por lo general se toleran mejor que la quimioterapia.
2.- Inmunoterapia o la activación de las defensas del organismo para ayudar a tratar determinados tumores. «En la actualidad hay tratamientos de inmunoterapia muy efectivos en enfermedades para las que hasta hace poco tiempo había poco que ofrecer, como el melanoma, el cáncer renal y algunos tipos de cáncer de pulmón», explica el especialista.
La intervención quirúrgica también es otro de los tratamientos disponibles, aunque posee algunas limitaciones: sólo se puede plantear en pacientes con cáncer de pulmón localizado y no avanzado. En esta línea, el Dr. Francisco Javier Moradiellos Díez, experto cirujano en técnicas avanzadas en cirugía torácica y pionero en España en cirugía torácica robótica del Hospital Ruber Internacional, añade que «la cirugía es la opción de tratamiento que proporciona los mejores resultados en cáncer de pulmón».
Sin embargo, asegura también que «tan sólo uno de cada cinco pacientes son candidatos a la cirugía pues en la mayoría de los casos el diagnóstico se realiza en fase avanzada de la enfermedad. De ahí que sea tan importante la detección temprana».
Los recientes avances en cirugía torácica hacen que sea posible extraer los tumores y a un tiempo mantener la parte del pulmón que está sana. «Esto se consigue con técnicas como la cirugía láser, que permite extirpar múltiples lesiones preservando al máximo la función pulmonar, u otras técnicas mínimamente invasivas, como la cirugía robótica con Da Vinci».
¿Qué es el sistema de cirugía robótica Da Vinci?
El Dr. Francisco Javier Moradiellos, responsable de Equipo de Cirugía Torácica Robótica del Hospital Ruber Internacional, señala que «el sistema Da Vinci xi es un robot quirúrgico con la última tecnología aplicada a la cirugía torácica. Es el equivalente de tener unas «manos en miniatura» dentro del tórax, permitiendo más capacidad de manipulación y de movimientos fijos, precisos y seguros que la de la mano humana, conservando los principios de la cirugía mínimamente invasiva. Realizamos la intervención desde una consola que proporciona una visión inmersiva en tres dimensiones y alta definición, imposible de lograr mediante videotoracoscopia convencional».
Según este experto la cirugía torácica robótica es la evolución de las técnicas de cirugía mínimamente invasiva que permiten realizar intervenciones complejas con pequeñas incisiones, preservando al máximo los tejidos y con una recuperación acelerada con menos molestias. «Todo ello se realiza sin abrir el tórax, sin separar las costillas y operando a través de pequeños orificios», afirma el doctor del Hospital Ruber Internacional.
Frente a la cirugía torácica convencional, «la cirugía torácica robótica ha demostrado una serie de ventajas para los pacientes, como estancia hospitalaria más corta, menos dolor posoperatorio y mejor calidad de vida psicológica tras la intervención», concluye.
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